Bélgica, la selección que viene

El tiempo pasa, la calidad permanece

El tiempo pasa, la calidad permanece. Ese es un eslogan del Toyota Avensis, pero es aplicable a cualquier ámbito de la vida. Y más en concreto, al fútbol. Ronaldinho, sin ir más lejos, a sus 33 primaveras, continúa rompiendo caderas en el fútbol brasileño y encandilando al mundo entero.

Pero el caso que hoy nos atañe es Bélgica, ese pequeño país europeo que se ha colado en el Top 5 de mejores selecciones de fútbol en la actualidad. ¿Y cómo es posible, se preguntarán algunos?

Bélgica no es conocida por sus grandes gestas

Bélgica no es conocida por sus grandes gestas mundialistas o a nivel europeo, eso es cierto. Solo se destaca un cuarto lugar en el Mundial de México ’86, un tercer lugar en la Eurocopa que organizó ella misma en 1970 y un subcampeonato en Italia ‘80. Desde entonces, fracaso tras fracaso. Bélgica alternaba las ausencias de torneos europeos y mundiales con alguna descalificación en primera ronda. Eso sí, ostenta un récord que ninguna selección ha conseguido igualar: participar durante 6 ediciones de manera ininterrumpida en la Copa del Mundo (desde España 1982 hasta Corea 2002).

Desde Corea, cero patatero

La visita al país asiático hizo tocar fondo a los futbolistas belgas. Los hombres de Waseige sucumbieron ante el todopoderoso Brasil en octavos de final, un Brasil que días después alzaría al cielo esa copa dorada que acredita como campeón al que tiene la suerte de levantarla.

Desde entonces, no han participado en Eurocopas o Mundiales. Lo dicho, un fracaso.

La falta de jugadores de alto nivel les pasó factura durante una década. Pero poco a poco desde 2002, se han ido moldeando chavales que poco a poco están llegando a lo más alto en el mundo del fútbol. Chavales que hoy en día están presentes en cualquier charla de ámbito futbolístico internacional.

Algunos conocieron más a esta selección en 2008, en los JJOO de Pekín, donde Bélgica quedó cuarta. Sí, esas olimpiadas que ganó Leo Messi y su Argentina del alma.

Pero todo empezó a cambiar radicalmente hace poco más de un año. Ahora sabrán el motivo.

Talento y juventud

Marc Wilmots, exjugador ilustre del Standard de Lieja y Schalke 04 y de la selección belga, cogía las riendas del equipo en junio de 2012. Tenía ante sí una difícil tarea: hacer fuerte a un equipo plagado de estrellas jóvenes para estar en Brasil en 2014.

Desde hace bastantes años, se comenta que esta generación es la “era dorada” del fútbol belga. Nadie dudaba del potencial de sus jugadores, también inexpertos a nivel mundialista o en Eurocopas como los que más, y no se explicaba el papel tan gris que tenía a nivel internacional con la buena materia prima que existía.

Wilmots lo ha conseguido, ha logrado unir todas las piezas de la orquesta para que se escuche una única obra y no a cada instrumento por su cuenta.

Los resultados del trabajo del nuevo entrenador no tardaron en apreciarse. Apenas dos meses después, un 15 de agosto de 2012, en un amistoso disputado en el Estadio Roi Baudouin ante 50.000 espectadores, Bélgica le endosaba un 4-2 a Holanda. En 5 minutos mágicos le dio la vuelta al partido con tres goles. http://www.youtube.com/watch?v=7WJSpzZPDvA

En 5 minutos destrozaron a la todopoderosa Holanda

No había mejor manera de afrontar una clasificación para el Mundial de 2014 que endosando una goleada a una de las mejores selecciones del planeta. Y tras 10 partidos, siguen invictos. Han sumado 26 puntos (8 victorias y 2 empates), anotado 18 goles y solo han encajado 4. Primeras de grupo (con plaza directa a Brasil 2014) con una diferencia abismal. Ni Croacia, ni Serbia, ni Escocia, ni Gales ni Macedonia les ha tosido. Todo esfuerzo tiene su recompensa y por eso han vuelto a un Mundial.

No hay recompensa sin esfuerzo

Equilibrio en todas las líneas

Los Diablos Rojos acostumbran a jugar con un 1-4-4-2, aunque también emplean -en menor medida- un 1-4-2-3-1 ó un 1-4-3-3. A continuación os destacaré algunos jugadores relevantes:

Thibaut Courtois: Es un auténtico porterazo, quizás el mejor del mundo menor de 21 años. Sus imponentes 199 centímetros de altura permiten que vaya muy bien por arriba. Pese a eso es un jugador ágil, un portero con muchos reflejos y muy buena colocación.

 

Vincent Kompany es una de las piedras angulares desde hace años de esta selección, al igual que en su club, el Manchester City. Central fuerte, que va muy bien por arriba y que roba infinidad de balones. Esto lo corroboran los aficionados citizens, que cada dos semanas lo comprueban in situ en el Etihad. A su lado normalmente parte de inicio Van Buyten, central lento pero que va muy bien por arriba. También puede jugar Lombaerts, Vertonghen y Alderweireld.

Wilmots no se la juega en el lateral

Quizás en los laterales esté el punto más débil de los pupilos de Wilmots. El izquierdo debería ser propiedad del polivalente Jelle Van Damme, un trabajador nato que va muy bien por arriba. Puede jugar, aunque no es habitual, más adelantado, de interior izquierdo; e incluso puede actuar en el centro de la defensa. Va muy bien por arriba, buena culpa de ello la tiene el metro noventa y uno que mide. Por posición natural, el carril derecho debería pertenecer a Guillaume Gillet. Pero Wilmots, conocedor de su equipo, sabe que con estos dos laterales no puede competir de tú a tú con una selección top, así que normalmente habitúa a colocar en el derecho a Alderweireld y en el izquierdo a Vertonghen, dos centrales en sus respectivos clubes, pero que puede que les veamos en Brasil jugando de inicio en los carriles.

En el pivote normalmente juega Marouane Fellaini, un auténtico pulmón que juega y hace jugar. Sus 194 centímetros de envergadura le ayudan para ganar todo balón aéreo que se pasee por su zona de influencia. Chocar con él es hacerlo contra un muro.

Axel Witsel es el otro pivote que normalmente parte de inicio. Es fuerte, algo lento pero con buen dribling. Si a Marouane lo podríamos catalogar como el destructor, a Axel lo deberíamos etiquetar como mediocentro con más clase. Más llegador, pero algo irregular, algo que ya le pasaba en su anterior época en el Benfica.

En la posición de centrocampistas también pueden jugar Dembelé (jugador rápido, fuerte y con buen regate, más jugón que destructor y que tiene un buen último pase), Chadli, Defour e incluso De Bruyne, que puede jugar también tanto de interior como de mediapunta, tiene muy buena visión de juego, se asocia muy bien y tiene un gran último pase.   

Eden Hazard es quizás el mejor jugador de este equipo, o al menos el que más clase atesora en sus botas. Rápido, con gran velocidad punta y muy buena aceleración. Regateador como la copa de un pino, también es un buen centrador. Destaca porque puede jugar en ambos costados del campo, pero rinde más como interior izquierdo, a pierna cambiada, porque así se interna hacia el centro y puede pegarle con facilidad con su pierna buena, la derecha.

Kevin Mirallas es un jugador que le podríamos catalogar como extremo a la antigua usanza: pegado a la banda, aprovecha su gran reprease y su gran velocidad punta para driblar con facilidad a los rivales.

Bakkali es la sorpresa de este equipo. Ha irrumpido con fuerza. Su edad real no concuerda con su edad futbolística. Tiene mucha clase, es muy ágil y atesora un gran dribling. Todos los ojeadores han puesto sus ojos en este jugador de 17 años del PSV, la joya de la cantera belga. No sería ninguna sorpresa que Wilmots llevara al Mundial a este muchacho.

Y por si no había suficiente calidad en el equipo, arriba tienen dos auténticas máquinas de matar. Benteke, del Aston Villa, y Lukaku, propiedad del Chelsea pero cedido esta temporada en el Everton. Son de perfiles parecidos: altos (192 y 190 centímetros, respectivamente), fuertes, y que van muy bien por arriba. Benteke define mejor que Lukaku. Se complementan muy bien.

Hasta aquí el post de hoy. No ser favorito en la vida no tiene porqué ser malo. Ir de tapado te quita presión. Y ojito, porque Bélgica será la tapada en Brasil. Y dará que hablar. Y mucho.